Inflamación silenciosa: el enemigo oculto detrás de muchas enfermedades crónicas
- Mallorca Health & Balance
- 9 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 abr

Cuando pensamos en inflamación, probablemente imaginamos una zona enrojecida, hinchada y dolorosa. Sin embargo, existe otro tipo de inflamación, mucho más sutil y peligrosa: la inflamación silenciosa. A diferencia de la inflamación aguda —que es una respuesta natural y saludable del cuerpo ante una lesión o infección— la inflamación silenciosa actúa sin síntomas evidentes, pero puede estar alimentando enfermedades crónicas desde las sombras.
¿Qué es la inflamación silenciosa?
La inflamación silenciosa, también conocida como inflamación crónica de bajo grado, es una respuesta inflamatoria constante pero leve que persiste en el cuerpo durante meses o incluso años. Esta condición puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, pero va desgastando el organismo y afectando su funcionamiento a largo plazo.
El origen del problema
Este tipo de inflamación puede ser provocada por una combinación de factores, entre ellos:
Dietas ricas en azúcares refinados, grasas trans y alimentos ultraprocesados.
Estrés crónico.
Sedentarismo.
Trastornos del sueño.
Exposición continua a toxinas ambientales (como pesticidas o contaminantes).
Disbiosis intestinal (desequilibrio en la microbiota).
¿Por qué es peligrosa?
Aunque no se siente, la inflamación crónica está relacionada con un amplio espectro de enfermedades, incluyendo:
Enfermedades cardiovasculares.
Diabetes tipo 2.
Obesidad.
Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.
Artritis reumatoide.
Ciertos tipos de cáncer.
Es como tener una “fuga” interna constante que, con el tiempo, desgasta el sistema inmunológico y daña órganos y tejidos.
Cómo combatirla
La buena noticia es que pequeños cambios sostenidos pueden marcar una gran diferencia:
🔹 Alimentación antiinflamatoria: incluye más frutas, verduras, pescado azul, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, legumbres y cereales integrales. Evita alimentos procesados y azúcares añadidos.
🔹 Ejercicio regular: caminar, nadar, yoga o cualquier actividad física al menos 30 minutos al día.
🔹 Gestión del estrés: meditación, respiración consciente, tiempo en la naturaleza o hobbies relajantes.
🔹 Dormir bien: establecer rutinas y asegurar un descanso de calidad es clave.
🔹 Cuidar la microbiota: consumir probióticos y prebióticos naturales, como yogur, kéfir, chucrut o plátano.
Conclusión
La inflamación silenciosa es un enemigo invisible, pero muy real. Prestar atención a nuestro estilo de vida puede ayudarnos no solo a prevenir enfermedades crónicas, sino también a mejorar nuestra calidad de vida y bienestar general. Escuchar al cuerpo y cuidarlo día a día es el mejor antídoto.
Comments